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Algunas hojas verdes

¿Quién dijo que los árboles no se mueven? Hay que estar ciego para no ver esta sinfonía de movimiento en primavera. Los animales se mueven para capturar alimento o para huir, pero el movimiento de los árboles es para crecer cada año en busca del sol y el agua.

Templete en una pequeña loma en mitad del Jardín Botánico de Alcalá de Henares

Llegó la primavera

En el Real Jardín Botánico Juan Carlos I de la Universidad de Alcalá se apreciaba ayer mismo, bien confirmada, la llegada de la primavera con todos sus colores y en todo su esplendor. Con ella, los árboles lanzan sus brotes en todas direcciones. Su movimiento de ramas al paso del viento exhibe estas maravillas del diseño, que se abren cual telescopios espaciales en busca del sol. Un empaquetado perfecto de los órganos de la respiración y captura de energía que serán sus hojas. Puede haber algo más hermoso, pero es difícil.

Con cada experiencia los seres vivos se hacen más sabios. Nuestros recuerdos consolidan quienes somos. En los árboles su sabiduría está escrita en la forma de sus ramas y raíces.

Además, los árboles, y en general las plantas, nos dan una lección de supervivencia y de constancia hasta el final. En Wikisource tenemos esta maravillosa poesía del gran poeta Antonio Machado, «A un olmo seco», que es toda una lección de vida:

 Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
  ¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
  No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
  Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
  Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas, de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
                                     Soria 1912

Más sobre el Jardín

A continuación veamos un cartel a la entrada del Jardín Botánico de Alcalá de Henares y varias imágenes de su amplio y bien aprovechado espacio. Además de las plantas, que incluyen una colección de flora autóctona, hay también una pequeña granja con gallinas y patos muy comunicativos y muy cariñosos con sus crias. En las charcas se oyen, que no se ven, las ranas croar. Y los pájaros cantan aparentemente felices en todas partes. Grupos de escolares y visitantes sueltos, disfrutan de los contenidos y las actividades.