En un post anterior hablaba del Hostal de San Marcos de León. En el mismo viaje a esta ciudad, pude contemplar de nuevo la belleza de una de mis catedrales góticas preferidas, junto a la de Burgos. Tan perfecta en sus formas y tan pura de líneas que merece el nombre de Pulchra Leonina.

En efecto, esta catedral gótica, además de la perfección de su hechura y de la luz polícroma que se ve a través de sus famosas vidrieras, está situada de tal forma en la ciudad que tiene a su alrededor un espacio desde el que se puede contemplar en todo su esplendor. Con razón los leoneses están orgullosos de esta obra de sus antecesores, levantada en un tiempo record, pues sólo se tardó 50 años en su realización, que sigue atrayendo un río de visitantes sin importar si el día es laborable. Situada estratégicamente en uno de los pasos obligados del camino de Santiago, sirve de consuelo a los peregrinos que ven el cielo en la tierra cuando llegan a su interior. Veamos las imágenes.