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CONDUCTA.- Como Introducción

Descifrar las claves de la conducta humana es apasionante: porque al ser uno de los problemas de más difícil solución, brinda distracción a mentes inquietas que necesitan hacerse preguntas y encontrar soluciones, y porque conocer las motivaciones de nuestra conducta puede servir para librarnos de muchas ataduras y prejuicios que han servido durante siglos a fines ligados al poder y al interés de líderes de toda clase, que han decidido por nosotros cómo debemos organizar nuestra vida para mejor beneficio suyo. Muchos se han ocupado de estudiar la conducta humana desde varios puntos de vista:

-El enfoque de la Psiquiatría se ha centrado sobre todo en las alteraciones de la conducta de personas enfermas. Se trataba de comprender el comportamiento ‘anormal’. Pero el pequeño detalle es que la Humanidad incluye personas sanas y personas enfermas. tanto unas como otras reaccionan a estímulos cada cual según sus condiciones. Un estudio ‘serio’ del comportamiento humano ha de tener en cuenta la diversidad de actuaciones y no las de un grupo en particular, como el de las personas que sufren neurosis. Visto con esta perspectiva no hay personas normales. Todas las conductas son explicables si conocemos sus condicionantes.

-La Fisiología se preocupa casi exclusivamente del cuerpo (del ‘hardware’) y de su ‘funcionamiento’, cuando lo más rico de nuestra conducta está en nuestro espíritu (o ‘software’). Además la ‘mente’ influye decisivamente en el comportamiento del ‘cuerpo’.

-La Filosofía y la Ética han visto hasta ahora la conducta casi siempre desde el aspecto de su trascendencia y finalidad moral, como si pudiera separarse de sus aspectos materiales. Es posible ahora mediante las enseñanzas científicas, comprender además su dificultad para llegar a ninguna conclusión global válida, precisamente porque su conocimiento está impregnado de esa finalidad y con ello sus conclusiones indefectiblemente ligadas a la moral del grupo que domina.

-La Religión interpreta la conducta en base a la actuación e intereses divinos, que curiosamente sólo pueden interpretar unos pocos «pontífices» o sacerdotes, ya que la divinidad raramente habla el idioma de los humanos. Cuanto más alejado sea el planteamiento del problema a estudiar, menos probabilidades tiene de ser resuelto. Es como si para estudiar el clima tropical y su implicación en la fauna de artrópodos, nos vamos a la Antártida.

-La Psicología y Sociología ha estudiado la conducta de personas y grupos humanos en los aspectos específicamente ‘humanos’ sin tener en cuenta de que gran parte de nuestra conducta es común a otros seres vivos. Esto que es trivial al menos produce unas condiciones del entorno totalmente insuperables: no podemos dejar de ser mamíferos de este planeta. Por otro lado con el estudio comparado de diversas disciplinas se podría facilitar la creación de modelos y de hipótesis tan útiles en la investigación, mientras que de lo contrario hay que partir de cero.

-La Economía estudia el comportamiento humano por medio del juego de intereses y poder del dinero y del crédito, que, al ser instrumentos creados por el ser humano para facilitar su vida en sociedad tiene el doble impedimento de ser parte de la conducta humana y específicamente de la conducta de grupo, con lo que no puede deducir ninguna ley que afecta al porqué de ésas actuaciones. Además incluso de aquello que podría ser el objeto básico del estudio de esta disciplina, como es la viscosidad de los flujos de recursos o ‘atascos’ de recursos, no trata propiamente, ya que se limita a estudiar y ‘elucubrar’ sobre condiciones ideales que nunca se dan en realidad. La realidad es un ‘caos’ o ‘sopa’ se trate socialmente o se trate a un nivel de agregación más primario.

Ninguna de las aproximaciones parciales puede ser totalmente objetiva, y acaba siendo sesgada precisamente porque no afectan A LA TOTALIDAD DE LA conducta. La razón de la complejidad es que la conducta humana está estructurada en niveles de manera que coexisten en nosotros junto con el nivel ‘humano’ modos de conducta de seres menos complejos, y junto con el interés individual como motivador de nuestros actos está también al mismo tiempo el interés de los grupos a los que pertenecemos, dando como resultado actuaciones que aparentemente son contradictorias.

La aproximación más adecuada sería aquella que estudiara al ser humano con la atención necesaria para no perderse un sólo detalle pero tomando la suficiente ‘distancia’ psicológica sobre el problema como la que hay entre un investigador químico y su vaso de precipitados donde sucede la reacción de la que intenta aprender: anotando los detalles del experimento, que con frecuencia son mucho más ricos de lo que se pensaba en un primer momento, sin preocuparse mucho de si lo que se observa corresponde a ‘otra’ disciplina científica, y sin entrar a juzgar en términos de valor moral lo que se observa.

Es legítimo, y en el amplio sentido de la palabra más divertido, aprovechar algunos ‘modelos’ creados con ayuda de la Termodinámica (que estudia la estabilidad de las situaciones físicas) y de la Cinética (que estudia los mecanismos para que un suceso ocurra), y ver como ‘funcionan’ para explicar la conducta humana. Las hipótesis que se pueden formular de esta manera nos llevan a conclusiones sorprendentes.

El Método Científico, una disciplina ‘de libro’, deja así de ser un artificio académico y demuestra poder ser empleado para aclarar cualquier situación de la ‘vida real’, por compleja que sea, mediante la formulación de modelos que pueden ser comprendidos por otras personas, son susceptible de debate y pueden ser superados por otros modelos que expliquen mejor los resultados experimentales.

Si logramos obtener un buen modelo, estaremos en condiciones de no tener que admitir aquellos otros modelos sin base real que nos han impedido avanzar hacia la obtención de las respuestas a las preguntas fundamentales referidas a nuestro sentido y el sentido de la historia. En ése momento podremos avanzar el siguiente paso que es hacernos las preguntas adecuadas sobre nuestra misión concreta en la vida y de qué forma podemos contribuir a cambiar este mundo bastante mezquino, campo de juego de intereses y poderes, para dar origen a unas relaciones inter-personales más gratificantes y entregarlo a nuestros hijos en un estado más próximo al de nuestras aspiraciones como seres humanos.

Las palabras clave son la educación, que es un proceso de por vida, o la filosofía en su más amplio sentido etimológico, que empieza desde las preguntas que uno se hace en la intimidad y a las que va encontrando respuestas a lo largo de su vida.

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