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Las burbujas provocan…atascos

Cuando los medios se refieren a la actual crisis económica fijan la causa principal en la «burbuja» inmobiliaria. Precios bajos para el crédito empujaron a una demanda al alza, provocando un endeudamiento generalizado junto con un incremento de precios y de pronto reventó la situación. Ahora ya nadie tiene dinero para seguir pujando, no fluye el crédito y la economía «se atasca».

En otro post anterior, La fragilidad de nuestra civilización, ya traté este mismo asunto de una forma global. En este post analizo más bien las causas de dos de esos elementos que producen esa fragilidad, sin entrar en el aspecto económico, sobre el que también he tratado.  También sabéis que he escrito una teoría sobre el atasco. El objeto de este post son las fuentes de energía y la tecnología de comunicación vistas como las siguientes burbujas que pueden estallar.

Horno microondas: objeto tecnológico que consume energía

Siempre hablamos de la misma crisis. Haríamos bien en ver si son posibles otras crisis, como se producen y si es posible evitarlas. En la crisis económica actual había los siguientes ingredientes:

I.- Toda la sociedad estaba involucrada de forma general

II.- Había un flujo masivo de un bien necesario para que todo funcionara, que era el crédito

III.- No hubo ningún mecanismo de control del tráfico que advirtiera de que se nos venía encima un atasco ni se tomó ninguna medida para corregir el fallo provocado por la sobrecarga

Hay al menos dos ámbitos en los que esto estaría ocurriendo ya:

  1. Las fuentes de energía y en general de materias primas
  2. La tecnología, en especial la ligada a las telecomunicaciones

En efecto, analicemos lo que pasa con las fuentes de energía: En la actualidad el funcionamiento de la sociedad es dependiente de las fuentes de energía. Todas las mañanas, en todo el mundo se producen convoyes masivos de vehículos transportando personas que van a su trabajo y cargas de mercancías que van a los mercados, a las fábricas y a las explotaciones agrícolas, que consumen ingentes cantidades de combustible producido con el petróleo. Esto afecta a toda la población. La energía eléctrica que consumen los hogares y las industrias se obtiene del petróleo y otros combustibles fósiles, de las centrales nucleares y de fuentes renovables (eólica, etc). La fuente que parece más crítica es la del petróleo debido a que se comporta a la vez como materia prima, ya que se consume como combustible y también sirve de suministro para la industria de materiales (plásticos), productos químicos de síntesis (detergentes), construcción (asfaltos). Los intentos por sustituir la dependencia del petróleo mediante la energía nuclear han supuesto un alivio y energía más económica durante unas décadas pero han fracasado a largo plazo por el rechazo que produce en la población. Las fuentes renovables están muy lejos de conseguir suplir la carencia de ambos, petróleo y nuclear. No parece ningún plan serio y global para evitar un colapso energético y en cambio si que parece que hay en el horizonte amenazas que agravan la situación: el intento de bloqueo del Estrecho de Ormuz por parte de Iran y la llamada Primavera Árabe que parece que tenga como producto (si no como objetivo final) la instalación de regímenes islamistas y por tanto anti-occidentales-consumistas en países productores de petróleo.

¿Y que hay de la tecnología?: Estamos inmersos en un universo tecnológico. En nuestras casas hay ordenadores, lavadoras, frigoríficos, televisores, microondas, etc. En las industrias, para ser competitivas han de incorporar la tecnología más avanzada, antes que sus competidores. Si pensamos sólo en lo que suponen los teléfonos móviles estamos ante un fenómeno extraordinario. En los últimos 25 años se ha pasado de no existir más que en los sueños de los guionistas de películas de espías a que todo el mundo tenga uno. Yo mismo tengo dos, el del trabajo y el mío. Además no sólo sirven para llamar. Es casi la misión menos importante pues el uso principal va siendo el acceso al correo electrónico y las redes sociales. Además nos funcionan como navegadores GPS, nos informan del tiempo y de las noticias más relevantes, nos dan información instantánea por medio de los buscadores, etc. Todo ello se basa en potentes servidores que necesitan tener réplicas de seguridad, fuentes de energía seguras e incluso sistemas de refrigeración que evacúen el calor generado en su funcionamiento. El fenómeno abarca a toda la sociedad, produce un flujo continuo del que no podemos prescindir y nadie nos está advirtiendo de que todo ello es vulnerable porque requiere, como los seres vivos, de un aporte y atención permanentes.

¿Qué pasaría en caso de sobrecarga en cualquiera de ambos casos?: No podemos vivir sin energía. Ya no podemos, los que vivimos en grandes ciudades, cultivarnos un pequeño huerto de subsistencia ante la falta de suministros. Estamos la mayor parte del tiempo como animales estabulados confinados en unos determinados espacios, dependiendo unos de otros, de forma que no hay alternativa fácil ni transición suave para nuestra forma de vida. Tampoco sabemos ya vivir sin las redes de comunicación global, sin móvil y sin internet. El colapso o atasco de las fuentes de energía y de la tecnología sería un cataclismo mundial que nos retrotraería a una especie de Nueva Edad Media pasando antes por revueltas y pillajes en medio de la escasez, que diezmarían la población, ayudados por las plagas y las epidemias, sin hospitales para curarse. Los sobrevivientes ya no serían capaces de construir ni siquiera de mantener los edificios y la infraestructura, tendrían que quemar los muebles para calentarse. Los más afortunados huirían al campo y se volvería a las murallas como medio defensivo básico frente a los de las otras hordas.

¿Qué deberían hacer los gobiernos?: Ahora están hasta el cuello de los problemas que ellos mismos no han sabido evitar con la crisis financiera. Por tanto no parece que vayan a hacer nada para solucionar estas dos burbujas en ciernes que pueden provocar un colapso aún mayor que el financiero. Y debían de haber grupos de expertos de verdad trabajando en ello. Y debia de haber mucha Investigación y Desarrollo dedicada a obtener nuevas fuentes de energía y a garantizar que nuestra tecnología no sea vulnerable por cualquier fallo de funcionamiento del sistema.

Como conclusión: Las fuentes de energía y las tecnologías tienen demasiadas similitudes con los mecanismos de crédito, porque afectan a la mayoría, producen un flujo de un bien preciado y no parece que estén bajo control ni garantizados, lo que nos lleva a burbujas que pueden estallar en cualquier momento creando atascos aún mayores que el financiero con efectos pavorosos para la Humanidad tal como la conocemos.

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