Inteligencia animal
En la radio he oído una ‘cuña’ sobre la inteligencia animal. Para conocer en qué consiste basta con un poco de introspección.
Partiendo de la base de que también los humanos somos animales podemos imaginar en qué consiste la inteligencia. La explicación más evidente es que se trata de su cualidad para sobrevivir adaptándose a las cambiantes circunstancias del ambiente. Esto sucede por medio de la elección entre diversas opciones. En efecto inteligencia etimológicamente debe significar inter-elígere, lo cual supone la voluntad de decidir entre opciones y por añadidura un cierto grado de libertad de acción.
Para poder elegir, primero hay que conocer. Los sentidos aportan la información con la que nuestro cerebro, con ayuda de la base de datos grabada en nuestra carga genética y con las experiencias aprendidas, elabora el conocimiento.
El proceso de socialización, que sucede durante la vida en común con seres de nuestra especie y de otros con los que vivimos en simbiosis, aporta una moral de conducta que, dentro de las diversas posibilidades, indica que acciones de entre las posibles, serán bien recibidas y aceptadas por nuestro grupo.
Al interactuar con otros seres presuponemos que nuestras intenciones resultan fáciles de interpretar por ellos. La virtud de la compasión, o sea, la capacidad para detectar las necesidades y deseos de otros, es una cualidad típica de seres inteligentes. Cuando Ron, el perro de mi cuñado, me insiste tocándome con su mano, supone que yo sabré que es lo que necesita. No solo consigue su objetivo como resultado de mi acción sino que su llamada implica por su parte intencionalidad y comprensión de que la solución a lo que el necesita pasa por que yo averigüe porqué me llama y cual es su objetivo.
La conducta inteligente tiene bastantes matices y no se limita a la simple reacción de huir o atacar al detectar un peligro. La compensación es la sensación de seguridad que se obtiene al conocer el entorno y actuar siguiendo pautas probadas como correctas. Por tanto la inteligencia es también un factor de felicidad, entendida esta como ausencia de miedo y control del inmediato futuro propio.