Tarta (o coca) muy simple de manzana.
Hay muchas formas de hacer una buena tarta de manzana, pero la que se propone es simple y agradecida. Basta con 4 manzanas, la mitad de la masa quebrada, que sobró del paquete que abrimos ayer para hacer una empanada, mermelada de albaricoque, canela y el horno de la cocina a 180 ºC, 3/4 de hora.
Se deja descongelar la masa quebrada y se estira un poco con el rodillo, hasta que llegue a cubrir la bandeja del horno.
Se pone en la bandeja metálica, encima del papel de hornear y se le pincha con un tenedor para que no suba con el calor.
Se cortan las 4 manzanas en pedazos pequeños y planos, como los que se harían para las patatas de una tortilla. No es necesario pelarlas, basta con quitarles las odiosas etiquetas que les pegan y lavarlas bien, pero si alguien las prefiere peladas, pues se pelan antes.
Se esparce mermelada (de albaricoque es ideal, pero puede usarse de melocotón o de naranja) de forma que cubra la masa.
Se consumirá algo más de medio envase de mermelada.
Se reparte la manzana cortada sobre la mermelada procurando que esté bien distribuida. Aunque parece que es mucha, luego en el horno se bajará mucho de volumen y se compactará.
Se espolvorea la canela sobre la manzana, al gusto.
Se pone al horno, con el fuego arriba y abajo, durante unos 3/4 de hora. Si se observa que los cantos de la tarta se oscurecen demasiado, se quita fuerza al horno o se termina de hornear. Si 3/4 no son suficientes porque aún se ve demasiado crudo, se tiene un poco más. Podría necesitar hasta una hora en hornos poco potentes. Siempre cuidando que no se queme.
Puede necesitarse girar la bandeja con la tarta hacia el final para que la cocción sea igaual por los dos lados.
Al terminar se deja enfriar antes de cortar en rectángulos para servirla.
Nota: no se garantiza ningún resultado. Si no sabes cómo se maneja el horno o distinguir cuando está lista la tarta, mejor que lo haga alguien que te pueda enseñar la primera vez.