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La ‘nube’.- Una aproximación en local: discos USB y aplicaciones portables

El concepto de ‘nube’ está arraigando cada vez más en el mundo de la informática. Una forma intermedia de nube puede conseguirse con un ordenador con un sistema operativo libre y un simple disco USB y aplicaciones portables.

Al principio los ordenadores personales (los IBM PCs) se vendían con su Sistema Operativo (SO), generalmente Drive Operating System (DOS). Luego vinieron los ‘clónicos’, ordenadores de aspecto y funcionalidad de PC pero no fabricados por IBM. Al inicio de una sesión se cargaba el SO y programas (software) desde discos ‘floppy’. Al apagar el ordenador se ‘perdía’ el SO y también los datos que no se hubieran grabado en otro ‘floppy’. Cuando apareció Windows 95, de Microsoft, ya era evidente para los usuarios que una cosa era el PC (el hardware) y otra el software.

El software se podía ahora mantener en un ‘disco duro’, evitando la molestia de tener que cargarlo en cada sesión. Las siguientes versiones de Windows (NT, 98, Me, XP, Vista, W7, etc) que podían actualizarse a lo largo de la vida de la máquina (mientras fuera posible adaptar su capacidad para albergar el nuevo OS) dejaron claro que el software se podía comprar por separado según el gusto y la necesidad. Se podían instalar en los PCs también otros SO desarrollados por ‘la comunidad’, como Linux, BSD y otros menos conocidos. El camino que siguió Macintosh fué seguir ligando hardware y software y vendiéndolo de forma conjunta.

Archivos en un disco USB

 

Los sistemas de almacenamiento han ido creciendo en capacidad y eficacia con el tiempo. Los discos ópticos (CD y DVD), los discos duros internos y finalmente los discos externos USB, tanto tipo disco duro como luego tipo pendrive y tarjetas flash.

En paralelo se ha ido introduciendo internet hasta hacerse una red universal. Y también alguien pensó en aplicaciones que se pudieran ejecutar sin instalar, desde la red. Con internet fué posible tener también los datos en la red, para poder acceder a ellos desde cualquier máquina conectada. Había nacido ‘la nube’. El término se aplica al almacenamiento remoto de datos, pero cada vez más también al alojamiento de aplicaciones que se pueden ejecutar a distancia, sin que estén instaladas en el ordenador.

A las empresas desarrolladoras de software les encanta la nube. Si el SO es libre, como Linux, la ventaja de tener actualizaciones gratuitas del software cuando se producen, solo aporta ventajas al usuario. Si ni siquiera hubiera que actualizar nada en el ordenador, sino que  el desarrollador actualizara el software en su servidor y éste se ejecutara de forma remota, desde una ‘terminal tonta’, todavía mejor. En caso de SO ‘propietarios’ o de pago, como los de Mac y Windows, un software que se tuviera que ejecutar solo desde la red sería una herramienta de control de pago fenomenal. Se acabaría la forma de obtener copias ilegales del software.

Acabará imponiéndose la nube. Permite fabricar ordenadores más sencillos sin perder la funcionalidad. Pequeños dispositivos con un SO simple que ejecutan software en red y almacenan también allí los datos. Pero hay otra forma de enfocar el futuro del uso de los ordenadores personales. Mi opción es usar un SO libre como Linux y, ya que se han desarrollado eficientes discos externos USB y aplicaciones portables que pueden funcionar desde el disco externo sin instalar, explotar esa posibilidad.

Un disco USB se comporta como la nube. En caso de avería del PC los datos siguen estando accesibles, los datos y los programas pueden utilizarse desde cualquier PC y se pueden tener copiados en otro disco externo perféctamente sincronizados a prueba de pérdidas o fallos.

La mejor página para encontrar distribuciones de Linux es http://distrowatch.com/

Las mejores páginas sobre aplicaciones portables son, para Linux http://portablelinuxapps.org/ y para Windows http://www.portablefreeware.com/ y http://portableapps.com/. Muchas de las aplicaciones portables para Windows también funcionan en Linux si se instala Wine, el emulador de Windows, en Linux. Ver http://www.winehq.org/.

De momento lo dejo aquí. Parte de la diversión consiste en que el amable lector encuentre su propia elección de OS y aplicaciones…

2 Comentarios »

  1. Me alegro de tu opinión, porque ese era el mensaje que subyace en este post: sin despreciar los servicios que ya hay on-line y los que se desarrollarán, tanto de alojamiento de datos como de software, yo invito a los usuarios de ordenadores a montarse su propia ‘nube’ basada en un disco USB para almacenar datos y para ejecutar aplicaciones portables desde allí.

  2. Apreciado 12y3 !
    Me gusta tu inquietud en acorde a la divulgación y posibilidad de facilitar contenidos y/o conceptos a todo el mundo. Es por ello que debieras tener en cuenta un punto de vista esencial y yo diría imprescindible. Es sencillo de explicar, en esta vida, las posturas extremistas no suelen ser buenas soluciones, no ocurriendo lo mismo con las soluciones o ideas que intentan estar equidistantes con un extremo u otro. Solución intermedia 🙂
    Creo que en este tema es especialmente relevante. Antiguamente las aplicaciones se ejecutaban en un servidor y el usuario o administrador del sistema accedía a ellas mediante un «terminal» o puesto de trabajo. Seguimos en la mista tesitura, solo que los «terminales» están evolucionando a pasos agigantados. Estuvimos un tiempo convencidos de que «descargar» transaccionalmente al servidor producía mejores resultados y evitaba «colapsar» al mismo de miles y miles de peticiones. Estructura cliente/servidor. Ni que decir tiene de las excelencias de esta tecnología pués permite «organizar» eficientemente los procesos y ejecutarlos siguiendo una estructuración lógica y en pro del mejor rendimiento global. Pero todo tiene sus pros y sus contras. Decatantarse mucho por la ejecución en procesos centralizados tiene sus ventajas (y muchas) pero también sus inconvenientes, pasa lo mismo con los terminales, pero en este caso tiene más inconvenientes que ventajas. ¿Lo mejor? una solución intermedia y que por desgracia requiere de más desarrollo. Terminales inteligentes capaces de adecuarse a la carga del servidor y ejecutar los contenidos según la complejidad y necesidad de los mismos. La llamada «nube» suple un flujo de información y de gestión muy aceptable y ciertamente agradable, pero abre una nueva brecha;la seguridad. Particularmente me decanto por «algo» intermedio, una especie de «nube» que sea capaz de intermediar entre los servidores (seguros) y el terminal remoto (cliente). Supongo que con el tiempo iremos viendo como evoluciona el tema, pero te garantizo que la «seguridad» va a estar muy presente en él.
    Un fuerte abrazo!

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