Actuación según varias morales simultáneamente

En cierto sentido la moral individual y la moral de grupo son contrapuestas pues la primera obliga al individuo a recibir y la segunda a dar. Para la sociedad un acto es bueno cuando el individuo da a la sociedad. Se establece así una competencia entre dos ‘valores’ principales.

Como cada persona suele pertenecer a más de un grupo, en el caso general se establece una competencia entre varios valores. A la hora de actuar un individuo tiene en cuenta la moral propia y la de todos los grupos a los que pertenece y en cada momento se construye una ‘escala de valores’.

Todos los indicios de las experiencias particulares de cualquiera de nosotros nos llevan a la percepción de que esta escala es móvil y cambiante tras cada nueva información que se recibe del ambiente. En esta escala de valores se sitúa en el lugar de más valor la actitud que más útil resulta a la persona como paso previo a una posible acción inminente.

La actitud que se toma en un momento dado en función de la pertenencia a un determinado grupo puede ser contradictoria con las que se tomarían por la pertenencia a otros. El conflicto se resuelve eligiendo la acción que tiene aparejado más placer o que origina más prestigio, a juicio subjetivo de la persona.

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