«…fluye leche y miel…»
«y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.»
Éxodo 3:8 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Es triste constatar que siglos después emplean con nosotros las mismas técnicas de marketing político, prometiendo dar lo que no se tiene y adornándolo como no es.
La tierra que habitamos solo rinde su fruto con el esfuerzo coordinado y la buena administración de los que vivimos en ella.
Ningún político tiene en su mano crear riqueza de la nada. Ya sería bueno que cuando administra nuestros bienes colectivos no se enriqueciera a costa nuestra.
De la misma forma la economía se abre paso indepedientemente del poder político. Es la presión de la oferta y la demanda la que fija el precio y hace que las cosas tengan vida propia.
Poesía y metáfora como la de la cita bíblica de arriba no debe ofuscar nuestras mentes. Por eso es tan importante pensar por uno mismo. Ser eso que llamaban librepensador.