Puede que ya estén aquí…
Puede que ya estén aquí… pero no creo que nos vean.
¿Quienes van a ser? Los extraterrestres, claro. Tanto elucubrar sobre si hay o no vida inteligente en otro mundo y no nos paramos a pensar en lo más simple que es acerca de la dificultad para que nos veamos mutuamente.
El fenómeno de la vida, aunque complejo en las formas que adopta, parece ser bastante elemental en cuanto a su naturaleza. Para empezar, toda forma de vida es inteligente. Si, aún la más torpe, elige huir o enfrentarse a una situación incierta o peligrosa y acercarse o dominar aquello que le parece que es asumible o interesante. Por definición la vida consiste en sistemas que se auto-reproducen. De esos hay muchas formas. En la Tierra varios millones de formas de vida diferenciada. No hay nada que nos haga pensar que no hay vida en otro sistema solar de alguna de los centenares de miles de millones de estrellas que componen nuestra galaxia. Y nuestra galaxia es una de los centenares de miles de millones de galaxias que componen nuestro Universo. Nada impide pensar que existan otros centenares de miles de millones de Universos.
Los seres vivos extraterrestres, para comunicar con nosotros tendrían que salvar distancias imposibles de alcanzar en una vida normal. Por ejemplo, nuestra era empezó hace 2016 años. Este tiempo no sería suficiente, se quedaría a menos de una milésima parte del trayecto, para que un artefacto lanzado por los seres humanos pudiera alcanzar la distancia a la estrella más cercana al Sol, Próxima Centauri (PC), que se encuentra a 4,22 años luz. Neptuno está a 4,2 horas luz. En un año hay 8766 horas. Llegar a los confines del sistema solar les ha costado a los Voyager mas de 30 años, lo que significa que hacer llegar un artefacto a PC podría costar seguro más de 100.000 años siendo optimista. Acelerar un cuerpo con masa m a una velocidad v necesita una energía cinética Ec= 0.5*mv^2, que aumenta al cuadrado de la velocidad. Si el cuerpo es muy pesado cuesta proporcionalmente más, pero si se requiere mucha más velocidad se necesita una cantidad de energía realmente descomunal, primero para acelerar y luego para frenar. Además si nos decidimos y construimos un artefacto para viajar a PC es muy raro que precisamente PC tenga algún astro orbitando donde haya vida y que alguna de sus formas de vida sea como nosotros o nos entienda o les entendamos.
Si algún ser que venga de PC llega hasta aquí, por el mismo motivo de la duración del viaje, tendría que ser muy longevo. Pero muy longevo significa que tendría un metabolismo lentísimo. Un ser con un metabolismo tan lentísimo no necesitaría sentidos que captaran movimientos al ritmo que los captamos los terrícolas, que a veces fiamos nuestra supervivencia a la reacción que se ha de tomar en una fracción de segundo.
Una vez llegado a nuestro planeta ¿qué vería el centaurita? Vería principalmente las cosas que permanecen, que están quietas. Detectaría por un lado que al planeta le salen unos pelos y plantas raros llamados árboles con una composición química en la que predomina el carbono.
Por otro lado vería que en algunos sitios hay acumulaciones de estructuras bastante geométricas con huecos: casas, carreteras, vías, túneles y puentes, basados en la química del silicio y el hierro. Para un ser que llegara de Próxima Centauri, nosotros y todos los seres vivos de la Tierra seríamos constructores de estructuras. Nos verían como nosotros vemos a las hormigas de un hormiguero: constructoras de túneles y galerías. Alguien que sobreviviera un viaje tan largo, sería tan distinto a nosotros que no podría entendernos nunca.
Nuestros problemas diarios, nuestros anhelos, nuestros planes, serían algo insignificante. Y prescindible.