El backup de la naturaleza
Que la Naturaleza es sabia lo aprendimos por transmisión oral, o sea por tradición. Ahora que creemos saber algo más de qué depende el ‘funcionamiento’ de las cosas, veamos lo que de verdad eso nos enseña.
Se ha dicho que la Naturaleza es sabia. Sobre este asunto podemos encontrar opiniones (como esta, o esta, o esta), que lo dudan y otras (como esta, esta y esta) en favor, con distintas clases de argumentos e intensidad o énfasis, o centrándose en aspectos distintos.
Da la sensación de que la Naturaleza ‘resuelve’ con bastante éxito diversos problemas que se le presentan, o para precisar mejor que se les presentan a los seres vivos, que son los únicos para los que una situación extrema puede ser adversa. La teoría de la evolución se basa en suponer un permanente y caótico conjunto de cambios aleatorios en la constitución de los seres, acelerado por la reproducción sexual que facilita la ‘elección’ de las características que se van a reproducir, y el refuerzo de aquellos que mejor soportan las condiciones del ambiente. La evolución parece dar explicación a que existan seres de forma y comportamiento ‘caprichoso’ como los ‘caballitos de mar’ (que se agarran a una planta marina con la cola), los elefantes (que viven gracias a la multifuncionalidad de su nariz), los osos panda (que solo comen bambú). O también porqué unos grandes simios, los humanos, sin ninguna cualidad física sobresaliente, pero que tenían un cerebro ‘excesivo’, lograron acabar con la mayoría de sus depredadores para convertirse en los ‘reyes’ de la Tierra. Los seres inanimados se conforman con cualquier cosa que les toque sufrir, ya que el único impedimento que ponen es la resistencia que da la misma inercia.
Ahora que sabemos mejor de qué depende que algo funcione y que se mantenga funcionando el mayor tiempo posible surge la cuestión delicada del backup de la información. Porque si se pierde la información los sistemas no vuelven a funcionar, y hay que estar ‘inventando la rueda’ indefinidamente.
La Naturaleza hace el backup de los seres vivos en los genes que están en los mismos seres vivos. Esto desde el punto de vista de la continuidad de cualquiera de nuestros modernos aparatos, como un PC o un móvil, sería muy poco recomendable. No es una buena práctica que la información de funcionamiento y la acumulada a lo largo de toda la evolución esté en el mismo recipiente o cuerpo. Y sin embargo para la supervivencia de una especie es lo único que hay. La conclusión sería que a la Naturaleza (si ese ‘personaje’ tiene entidad real) le importa un pito que una especie se conserve o no. Incluso es probable que le importe poco que exista la vida como tal.
Los seres vivos pueden transmitir información de una generación a otra por medio de la educación (fundamentalmente imitación de pautas aprendidas), que ‘volcaría’ parte de la ‘RAM’ (o memoria de uso inmediato) que usan los ‘padres’ a los ‘hijos’ y por vía genética que transmitiría las soluciones vitales ‘mezcladas’ de dos progenitores, a modo de ‘ROM’ (o memoria permanente de todo lo que hace falta para sobrevivir acumulado a lo largo de la evolución y las generaciones anteriores). En caso de cataclismo que afecte a todo un ecosistema, debido a ello, se puede perder toda la información genética. Lo cual es la catástrofe máxima para la vida que podemos imaginar.
La única ‘explicación’ que se me ocurre, por ser bienpensado, es que de esta forma se ‘obliga’ a los seres vivos supervivientes a reinventarse en caso de crisis generalizada, de forma que el pasado no comprometa las ‘soluciones’ que se requieren en el futuro. Pero no deja de ser una chapuza desde el punto de vista de las especies afectadas por un cambio letal en su entorno.
Cuando el ser humano se extinga de la faz de la Tierra, en unos millones de años quedará poco de lo que hemos sido y de lo que hemos pensado. A menos que aprendamos a hacer y dejar en forma fácilmente legibles, backups de nosotros mismos…