Desenchufando
Por sanidad mental. Por un simple ejercicio de supervivencia. Creo que hay que desconectar, al menos parcialmente, de las redes hasta un punto de equilibrio, que es hasta sentir que uno tiene de nuevo el control de su comunicación.

Desconectar es fácil: si quieres, puedes
Las redes sociales están aquí para quedarse. Lo que era una novedad hace unos pocos años, parece ya que nos ha acompañado toda la vida. Pero no. Es cosa de este momento. Somos nosotros además los que hemos permitido llegar a este punto: Facebook, Instagram, LinkedIn, Twitter, Whatsapp, por citar las más importantes, nos acompañan a todas horas con comunicaciones y avisos de lecturas y comentarios de lo publicado o de ‘me gusta’, ‘obligándonos’ a prestarles atención.
No se lo que durará, pero he decidido pausar sin fecha Instagram y Facebook, y limitar la información e interacción de mi perfil público de LinkedIn, pues son las que me parecen más adictivas a efectos de la ‘apetencia’ y flujo de ‘likes’. La gente que me conoce, y también muchos que no saben realmente quien soy, a estas alturas, ya saben demasiado de mi, y yo no tengo curiosidad por saber tanto de todos.
Twitter es como una prolongación de los medios digitales de comunicación y los comentarios que les acompañan en cada noticia, por tanto, a pesar de la poca calidad de parte de su contenido, es una manera de estar enterado de lo que pasa. Whatsapp debería ser, aunque no lo es, una sustitución con mejoras de los SMS, y creo que como ya me he salido de los grupos más molestos y solo lo veo un par de veces por día (Bueno, quizá cuatro) estoy cumplido. Además Whatsapp solo ‘se ve’ en uno de mis varios dispositivos, por lo que en ese sentido agota menos que las anteriores. Ya deberías de saber que si quieres algo importante, mejor me envías un mail, y si es urgente un SMS, como hacen las grandes empresas y bancos cuando tienen algo que decirme. Así que estas dos se salvan de momento.
Sin ánimo de lucro o propósito ninguno, excepto intentar poner un poco de orden en mi mundo digital, espero que estas medidas tan sencillas me permitan reducir tanto trajín, conseguir un nuevo equilibrio y atención y aprovechar ese tiempo recuperado para mi: para mis estudios o mis verdaderos planes, que no pasan por agradar a todo el mundo. No puede ser, por mi propio bienestar, tener estas dependencias que me crean la civilización y la sociedad actuales. Seguro que este blog, ahora medio abandonado, saldrá ganando.
Saludos.
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