CONDUCTA.- P2C5-8- Los Beneficios Del Prestigio
Los beneficios del prestigio
Naturalmente el prestigio no es solo un ente ideal sino que proporciona beneficios tangibles al individuo que lo consigue.
En las sociedades actuales humanas, todo lo que tiene alguna utilidad o valor para sus componentes se mide en dinero: un médico prestigioso puede cobrar mucho dinero por su trabajo; unos productos prestigiosos por su ‘calidad’ o ‘diseño’ son más caros. Si un producto o servicio prestigioso es caro, su consumo es un privilegio que da dominio sobre el que no puede consumirlo y tiene entonces la virtud de premiar a su usuario a la vista de los otros.
Por tanto todo lo relativo al prestigio sigue las mismas reglas que nuestra actuación en general (es decir, sin considerar si los prestigios proceden del medio social). En efecto: cuando una persona actúa según la moral de grupo y da algo al grupo, ‘de rebote’ recibe algún beneficio, con lo que se satisface su moral individual. Por ello puede afirmarse que la moral individual sería suficiente para explicar el comportamiento humano.
Así, la moral de grupo es un concepto útil para analizar las acciones en que el premio no se consigue inmediatamente después de realizada una acción (muy característico de la intervención de modelos de información, que siempre ‘ralentiza’ los sucesos encadenados por una relación causa-efecto).
Es como si nuestra vida en sociedad, además de ser más cómoda por suponernos menos esfuerzo gracias a la especialización de cada uno en su aportación a la comunidad, nos reservara aquello que damos de más sobre lo que se nos exige, para devolvernos ‘beneficios’. El derecho a recibir beneficios o premios de la sociedad se acredita por la dosis de prestigio que puede exhibirse.
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