Windows 10, vuelta a la sensatez
Windows 10, es el nuevo sistema operativo de Microsoft que combina el escritorio clásico con el entorno de tablet
Los usuarios de un sistema operativo que hemos empleado durante tiempo no queremos actualizaciones que supongan cambios que modifiquen sustancialmente el modo en que interactuamos con él. Cambios drásticos como la introducción del escritorio Unity en Ubuntu o el nuevo escritorio del Windows 8, son generalmente mal recibidos. Ahora Microsoft ha corregido el escritorio en su versión 10 de Windows, pues combina su menú de inicio clásico, con un entorno gráfico para ser usado en pantallas táctiles como las de una tablet.
Si estás usando Windows 8.1 y ya habías reservado la actualización, todo empieza con un aviso en la barra de tareas (a la derecha), pulsando en el nuevo icono de Windows. Aparece este formulario, con las primeras instrucciones para la actualización.
Un momento. Los ‘momentos’ son tiempos muertos que se vuelven largos sistemáticamente, si lo que quieres es ver ya el nuevo sistema.
Lo primero, la licencia. La actualización desde un sistema ‘legítimo’ W8 es ‘gratis’, pero está sometida a las prescripciones legales rituales.
Otra preparación.
El que avisa es… avisador.
Otro proceso de configuración.
La actualización en si.
El tiempo en el que sucede la actualización es variable en función del tipo de equipo. En mi caso el equipo era un PC con procesador Intel de doble núcleo a 2,16 MHz y 4 Gb de RAM, y la pantalla era una de las primeras planas que salieron. Por supuesto no táctil. Me pareció un proceso de actualización muy largo. En el caso de Linux, las actualizaciones normalmente ocurren durante el uso del equipo, sin interrupciones y sin reinicios. Pero estamos hablando de Windows…
Cuando consigues arrancar con el nuevo sistema, aparecen avisos sobre las nuevas aplicaciones.
Para usar todos los programas instalados anteriormente con la configuración elegida hay que acceder con tu contraseña (que puede ser un PIN).
Si aprovechamos y echamos un vistazo por las ‘tripas’ del sistema, esta versión ha heredado las mismas herramientas (supongo que mejoradas) de sus versiones anteriores, como el Panel de Control, con todos sus elementos, y todas las demás. Pero lo que percibirá el usuario que abre esta versión por primera vez es que hay nuevas aplicaciones, que recuerdan a las que se usan en el móvil o en la tablet.
Entre las nuevas aplicaciones encontramos esta de Contactos, como en la tablet o en el móvil.
La nueva versión del sistema trae un nuevo navegador de internet, con un estilo en la línea del Chrome, muy ligero.

W10.- Nuevas aplicaciones: El super-escritorio, con menú de inicio ‘clásico’ y también pulsadores como los de las tablet
Sin duda la estrella de la actualización es el nuevo escritorio en el que encontramos un menú de inicio semejante en su funcionalidad al de W7 o WXP, al que se ha ‘adherido’ un panel con las aplicaciones típicas de dispositivos de pantalla táctil, de forma que parece que la estrategia es cubrir todos los tipos de dispositivos, de escritorio y portátiles con este sistema. El usuario habituado a trabajar en W7 hará un tránsito suave a este nuevo sistema y, casi sin darse cuenta, estará metido de lleno en los nuevos modos de usar el ordenador con una pantalla táctil.
También se incorpora la aplicación Tienda, con el mismo propósito que, por ejemplo, el Play Store de Google.

W10.- Nuevas aplicaciones: El escritorio en la vista de Tareas, para navegar entre aplicaciones abiertas
Una vista muy agradable para intercambiar el uso de distintas aplicaciones es, precisamente, esta nueva aplicación de Tareas.
CONCLUSIÓN: Yo creo que desde Windows 95, pero especialmente con Windows XP, Microsoft ha estado creando una forma de trabajar con el ordenador que se ha ganado la aceptación mayoritaria en PCs usados en el ámbito laboral y doméstico. Cada vez que hace experimentos demasiado ‘atrevidos’, como lo fueron el Windows Vista y sobre todo el Windows 8, recibe poca aceptación por parte del usuario típico, que lo único que pretende es hacer su cometido con el ordenador sin demasiados sobresaltos. Esta nueva versión del sistema gustará a ese usuario típico.