Lecturas de verano. Kaku y el futuro de la humanidad
Michio Kaku nos refresca el verano con este libro en que imagina El futuro de la humanidad dando origen a una especie interestelar, capaz de dominar los viajes en el espacio, la energía, la inteligencia y la genética. Ideal para ponerse al día y abstraerse de la realidad a menudo mucho más prosaica. (Fotografías tomadas del libro en la edición española DEBOLS!LLO)

La mayor parte del libro, desde el principio, en que cuenta la historia de la astronomía y todas sus implicaciones tecnológicas, es realmente educativa, porque es una estupenda introducción y sirve de recordatorio de todo lo que hemos vivido en los últimos tiempos. El autor cuenta con su gran habilidad de comunicador (aparece en TV en varios programas de divulgación científica) y citando a los autores que todo aficionado debe conocer, la evolución del sueño de viajar a otros astros.
Las citas a autores de la talla de H. G. Wells, Carl Sagan, Isaac Asimov, Olaf Stapledon, Freeman Dyson; pioneros como Robert Goddard, Konstantin Tsiolkovsky, Werner von Braun, Serguéi Koroliov; héroes de las hazañas astronáuticas (a más honra preferentemente de los EEUU), en particular la de Neil Armstrong alunizando en los ’60; precursortes y sabios como Giordano Bruno, Galileo Galilei, Isaac Newton, Albert Einstein, Stephen Hawking, John von Newmann (y me dejo seguro a algunos otros notables), ayudan a hacerse una idea de cómo se ha gestado el estado actual de cosas.

El texto, para mi, se tuerce un poco en el último capítulo en el que da a entender que la humanidad podría ser capaz de manejar el futuro no solo de nuestro planeta Tierra, sino de todo el Sistema Solar y más allá incluso el de la misma Galaxia. Algunos que esperábamos que en 2001 seríamos capaces realmente de tener una base lunar permanente y de planificar viajes a Júpiter (que ocupa una posición aun no demasiado lejana del Sol) hemos visto que cincuenta y tantos años después de la mítica película, publicada en 1968, de Stanley Kubric, «2001. Una odisea del espacio» aquí seguimos pegados a la superficie terrícola, debatiendo aún cómo serán los viajes futuros a nuestro querido satélite (y su posterior colonización) y no hemos ido más lejos. Las cosas no siempre ocurren como esperábamos, ni al ritmo que nos gustaría.
Aún así, si uno se queda con el mesaje principal del libro, que somos unos seres cuyo futuro está en convertirse en viajeros espaciales para salvar la vida misma de nuestro planeta al final de los tiempos del Sol, y nos olvidamos de las fantasías de pretender ser más que lo que nuestra naturaleza nos proporciona, este libro es una muy buena lectura que abre la ventana a otros autores y otras perspectivas. No ya solo para sentirnos cosmopolitas en el más puro sentido etimológico (habitantes del Cosmos), sino además parte de la fracción inteligente del Universo.
1 Comentario »