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Windows 11, la saga continúa

El camino hasta aquí empezó hace muchos, muchos años ya. Desde el DOS hasta ahora, toda una vida. Ahora, que, gracias a los smartphones ya no nos hace falta un PC, Microsoft continúa su periplo con el Windows 11.

La prehistoria del Windows

Los primeros Windows con vocación de sistema operativo ‘universal’ para PCs, tras el Windows 3, fueron el Windows NT y el Windows 95. Para entonces los usuarios particulares ya se podían permitir comprar un PC, tras popularizarse los ‘compatibles’ o ‘clónicos’ del ordenador personal de IBM. Aunque, desde el W. 95, Microsoft preconizaba como el que clama en el desierto la filosofía plug and play, hubo de pasar un tiempo para que las cosas fueran realmente así de sencillas. Mientras tanto era muy educativo ampliar el PC con tarjetas PCI, por ejemplo para mejorar las gráficas del equipo. Tras el Windows 95 vino el W. 98, el Windows 2000 y el W. Milenium. Aun se empleaba FAT 32 como formato de ficheros (salvo en W. 2000), que de vez en cuando había que desfragmentar en una desesperantemente lenta operación de mantenimiento para que todo siguiera siendo razonablemente rápido.

Imagen de un PC con DOS (tomada de https://commons.wikimedia.org/wiki/File:IBM_PC_5150.jpg)
«IBM PC 5150 with keyboard and green monochrome monitor (5151), running MS-DOS 5.0
I, Boffy b took this photo of my IBM PC, and release it under the GFDL and CC-BY-SA.»

Windows XP e Internet

Internet estaba en los comienzos y nos conectábamos con un módem-fax a la línea de teléfono con tarifa de llamadas locales, que sonaba como un grillo gigante en el arranque. Había algo de esotérico en todo ello. Luego fue el salto adelante del Windows XP, con su formato de archivos NTFS insensible a la fragmentación, y sus tres grandes Service Packs o actualizaciones, el salto en la computación doméstica a ordenadores de 64 bits, la irrupción con fuerza del ADSL, desterrando el ruidoso modem telefónico, el Windows Vista, el Windows 7, el difícil de entender W. 8, y el que lo corrigió algo W. 8.1 (que en la práctica era el W. 9). Todo esto en apenas una década.

Windows 10 y la fibra óptica

En cuanto salió ‘el más grande’, el auténtico sucesor del Windows XP, se llamó Windows 10 (era preciso un número ‘redondo’). Este nuevo sistema operativo y la fibra óptica se expandieron por todas partes. La velocidad de transmisión transformó la red casi en una red local a efectos de descargar y compartir archivos. Y ahora ya, desde el 5 de octubre de 2021, por fin tenemos oficialmente el Windows 11.

Escritorio del Windows 11 (con uno de los fondos de pantalla oficiales) con la barra de tareas abajo y modalidad de enlaces centrados

La ‘cosecha’

Hemos recorrido un largo trecho desde el comienzo de la informática moderna. Tengo el orgullo de haber sido pionero en el uso del ordenador, hacia el año 1968, estudiando el bachiller en la Universidad Laboral de Alcalá de Henares en que teníamos uno de los pocos ordenadores en España por entonces. Ocupaba el espacio equivalente al de un piso (como unos 100 m2). Tenía para el solo una de los pocas instalaciones de aire acondicionado de la época, para evitar que se calentara. Su almacenamiento estaba basado en tarjetas perforadas y sus terminales eran máquinas de escribir eléctricas con cabezal ‘de bola’ de IBM, que usaban papel continuo ‘tipo pijama’ como registro. Participé a mitad de camino como ‘cobaya’ o como beta-tester en un curso de francés por ordenador (porque era el número uno de la clase en esa asignatura) que se había programado y que se desarrollaba a base de preguntas con respuestas alternativas, y se avanzaba en la materia conforme se acertaba y se escribía la frase correcta.

Solía imaginar cómo sería mi casa ideal y en cada plano había una habitación para el ordenador. En mi pupitre imaginaba una cámara de vídeo y el ordenador conectado a la línea de teléfono para mantener teleconferencias. El sistema de almacenamiento que imaginaba era un cassette. Era la época de ‘2001 una Odisea del Espacio‘ y su ordenador ‘HAL’ gobernando la nave espacial y soñábamos con un avance imparable de la tecnología, solo que las cosas han transcurrido por caminos distintos de los esperados. Desde entonces ahora tenemos todos el smartphone de nuestro bolsillo con más capacidad de cálculo que las ‘calculadoras electrónicas‘ que condujeron a los exploradores espaciales a la Luna en el 69. Los ordenadores de sobremesa y los portátiles de ahora son auténticos sistemas completos autónomos con los que podemos hacer cualquier tarea que se necesite para ayudar a lo que se le ocurra a la mente.

Windows 11. Uno de los menús de configuración

El ‘veredicto’

Creo que Windows 11 es un sistema a la altura de nuestro momento. Se trata de un sistema robusto, que no hay que reiniciar constantemente porque se haya colapsado o porque se bloquee una aplicación. Es capaz de reconocer automáticamente cualquier dispositivo corriente que se le conecte, cumpliendo los principios plug and play. Tiene una interfase agradable y comprensible a la primera. En los ordenadores que corre (y que han de cumplir unas condiciones mínimas de capacidad) funciona realmente bien. Las aplicaciones diseñadas para Windows XP siguen funcionando sin ningún problema. La configuración es prácticamente la misma que en Windows 10, aunque con un aspecto más tipo web.

En la parte mejorable está la falta de compatibilidad con aplicaciones de Android y de Linux (valga la redundancia), que no pueden funcionar libremente si no es mediante una máquina virtual. Se había dicho que en W. 11 se podrían emplear apps de Android, lo que ampliaría el market hasta un tamaño y variedad impresionante, pero parece que habrá que esperar hasta otra actualización, seguramente el año que viene. Las actualizaciones se han ‘domesticado’ un poco, si bien todavía se necesita reiniciar el ordenador para que tengan efecto (cosa que en la mayoría de las actualizaciones de Linux no es precisa). Hay otras ‘rigideces‘ como que la barra de tareas no se puede mover de ‘abajo’, sino que solo admite los enlaces centrados, o a la izquierda (como solían estar en W. 10).

El menú de inicio de Windows 11 que se ve al pulsar el icono de inicio, mucho más claro que el de W. 10

La instalación

Se puede encontrar información oficial de Microsoft sobre la instalación del W. 11 en esta página. Hay que chequear primero que el ordenador cumple las condiciones mínimas impuestas por Microsoft. En esta otra página se puede descargar lo necesario. Hay tres formas de instalar el nuevo sistema:

  • La más sencilla es seguir los pasos que el propio apartado de la configuración de W. 10 indica, ya que de hecho el W. 11 funciona como una actualización periódica del W. 10. Se emplea para ello el programa específico de Microsoft, ‘Asistente de instalación de Windows 11‘, de su página de descargas, que se encarga del chequeo, la descarga e instalación del grueso del sistema. Si se produce algún error en el proceso de instalación (en el primer intento, a mi me dió un mensaje de error), se puede probar a ejecutar el programa en modo administrador, para que tenga los permisos suficientes.
  • La herramienta de creación de medios permite grabar una imagen de instalación del W. 11 en un pendrive para casos en que queramos partir de cero.
  • Podemos también descargar una imágen ISO de la instalación para grabar un disco óptico con el que hacer también una instalación desde cero.

Si tu ordenador cumple las condiciones, lo mejor es probarlo. Hay unos días de plazo en que se puede revertir la instalación de W. 11 de nuevo a W. 10. Pero es cuestión de tiempo que la mayoría de ordenadores existentes con Windows, y sobre todo los nuevos, vengan ya con el nuevo sistema operativo.

Windows 11 con un fondo del usuario. Naturalmente, puedes usar tus fondos de escritorio, como con el W. 10

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