La anti-tormenta perfecta
Publicado en http://www.castelloninformacion.com el 26 de enero de 2015
La virtud de la Química es que enseña como es la naturaleza de las cosas por dentro. Más concretamente proporciona una metodología y unos modelos de como está agregada y como actúa la materia. Resulta muy útil emplear esos modelos en cualquier campo del conocimiento. Por ejemplo se puede jugar con el concepto de enlace químico para definir la interacción entre personas, que puede ser mediante un fuerte enlace covalente entre personas que se reconocen iguales y tienen una gran afinidad, compartiendo gran parte de su forma de ser; un irresistible enlace iónico motivado por fuerzas que tienden a formar un todo complementario y neutro, imposibles de eludir; o un enlace débil y ocasional como el que proporcionan simples fuerzas de Van der Waals.
Aplicada a la Economía, comparando la actividad económica con una reacción química en la que interviene una cantidad innumerable de partículas, surgen analogías muy buenas. En efecto, los agentes económicos, como son los propietarios, los productores, los distribuidores, los consumidores, son un sinfín de unidades que están continuamente interactuando. Las reacciones químicas, y en general todos los procesos, se rigen por dos clases de condiciones, que son objeto de estudio: de la Termodinámica, que se interesa por la estabilidad de los distintos estados en los que se encuentra un sistema y la Cinética que analiza cuales son los mecanismos que permiten que las cosas sucedan. En un sistema económico una reacción, como es el flujo normal de la economía, progresará, dice la Termodinámica, en función de las diferencias de potencial que existan, siempre en el sentido de disminuir las concentraciones: si hay mucho dinero, mucha mano de obra en un lado y en el otro muchos consumidores necesitando o deseando bienes o servicios, de una forma u otra la actividad económica encontrará su camino. El Estado aquí gobierna la Cinética, fijando precios para el dinero y creando las condiciones legales para que se preserve la propiedad y la vigencia de los contratos, para que los empresarios puedan hacer crecer sus empresas y aumenten sus plantillas, para que los gastos comunes no supongan una carga de impuestos inasumible para los consumidores, etc. Pero si algo ha de suceder, sucederá, más tarde o más temprano independientemente de esas condiciones. Lo mejor que pueden hacer los gobernantes es no estropear las cosas cuando la actividad empieza a auto-incentivarse.
Esta semana el Banco Central Europeo ha hecho algo de esto, y ha tomado una decisión que pondrá en circulación mucho más dinero. Acaba de emplear una energía de activación, que, si no se cancela por otras circunstancias, hará que la reacción progrese. El mismo día el panorama se podría sintetizar en los datos de la bolsa: los valores suben, la prima de riesgo baja, el petróleo baja, el euro se abarata, el euribor baja: La anti-tormenta perfecta. Siempre he sido muy optimista respecto de la evolución futura de la economía. La Termodinámica está a favor. Que la Cinética no nos agüe la fiesta.