Paella a la vitro
Con esta no me puedo presentar a un concurso de paellas. Quizá de paelluelas pero si uno no puede hacer una paella como marcan los cánones, puede hacer un invento con resultado muy parecido, con la vitrocerámica que tenemos en casa y un súper cerca para aprovisionarse de lo necesario.
En el armario teníamos un recipiente plano de 30 cm, un pequeño ‘paelló’, con asas y con recubrimiento interior de teflón, que será ideal para que no se pegue el arroz al cocinarlo. No lo había probado antes para hacer una paella, así que hoy todo es experimental. Ya puestos con el experimento, vamos a probar a ver si nos sale algo decente con sepia, mejillones y gambas. Procuraremos seguir una secuencia semejante a las paellas ‘de pescado’, solo que en este caso no vamos a poner ni pescado ni caldo de pescado.
En el súper, que está abierto hoy domingo, compro las sepias pequeñas, la carne de mejillones y las gambas peladas, todo congelado. Cojo más o menos la mitad de cada envase y lo dejo descongelar al aire un par de horas, antes de empezar con el fuego.

Añadimos el aceite de oliva. Primero hacemos un sofrito de cebolla, que dará la textura adecuada al arroz. Cuando está dorada, añadimos la sepia que hemos comprado, cortada primero. Parece que haya mucha cebolla, pero solo es una cebolla mediana, en el pequeño paelló.

Cuando la sepia está ya suficientemente frita, sin pasarse, se añaden los mejillones y las gambas y se rehogan un par de minutos.

En paralelo hemos empezado a hacer el all-i-oli:

Después de picar el ajo, añadimos la yema de huevo.

Para que el all-i-oli cuaje pronto se añaden unas gotas de vinagre.

Mientras tanto, añadimos al paelló un poco (como medio) pimiento rojo cortado en trocitos y lo rehogamos junto a la mezcla de sepia, mejillones y gambas.

Cuando el pimiento está ya también algo sofrito, añadimos el tomate triturado.

Ahora seguimos con nuestro all-i-oli, aprovechando un momento de tregua que da el tomate, removiendo de vez en cuando el contenido del paelló.

El all-i-oli es un rito, y con un par de cucharadas por plato a modo de acompañamiento, hace que el arroz, que quedará un poco seco, sea más sabroso. Para prepararlo basta con aceite de girasol.

Sigue en paralelo la cocción en el paelló.

Cuando se reduzca el tomate, añadiremos el arroz, unos 100 gramos por comensal, y lo removeremos con la mezcla, sin dejar de calentar.

Tras un par de minutos removiendo y mezclando bien los componentes, añadimos el agua. El doble de volumen que de arroz.

Tras el agua, se añade un poco de sal. Una cucharadita de postre es suficiente para 4 o 5 raciones.

Tras la sal se espolvorea un poco de pimiento dulce molido.

No nos olvidemos del colorante alimentario para dar el característico color amarillo al arroz.

Mientras tanto hemos terminado el all-i-oli. Lo sabemos porque queda consistente.

Tras 15-20 minutos de cocción sin pasarse de fuego para que no se queme el arroz, el resultado es el de la imagen.

Lo que vemos es la pequeña paella para 5 raciones que hemos hecho con el paelló de 30 cm y una improvisada compra de los frutos del mar que no teníamos. La verdad es que estaba buenísima. Y no hizo falta añadir caldos de los que no sabemos en realidad la composición, ni trabajar más de la cuenta. Tiempo total 1 hora.